jueves, 13 de enero de 2011

Mis equipos favoritos (II): El Racing que acarició la UEFA (93/94).

¿Qué tiene que hacer un equipo recién ascendido? Poner a Irureta de entrenador y que ponga 5 defensas. El vasco montó un equipo que se cerraba atrás y que cuando tenía la pelota sabía tocarla. Aprovechó muy bien los espacios para hacer grande a Radchenko con Setién y Popov de lanzadores. Estuvo muy cerca de clasificarse para la UEFA pero la escasa plantilla le pasó factura. Acabó 8º tras un final de temporada que se le hizo largo. Un gol de Alfredo del Depor nos dejó fuera de la UEFA. No pasa nada, luego llegaría Marcelino.

Ceballos. Fue un caso extraño el suyo, muy criticado en la temporada del ascenso, la grada prefería a Pinillos, al subir se volvió más seguro y acabo la temporada muy cerca del Zamora y como uno de los mejores porteros de la Liga. Cuando eso sucedió tenía más experiencia cuidando ganado que de protero en primera. Muy bien por arriba y ágil para su corpulencia.

Torrecilla. Fichó por 80 millones de pesetas y fue uno de los máximos asistentes del equipo. Hablamos del prototipo de lateral correcto que tanto nos gusta. Para muchos el mejor lateral derecho de la historia moderna del Racing. La foto es de internet, no se vaya a creer la gente que colecciono autógrafos de laterales.

Merino. El capitán era uno de los centrales más bestias que he visto. Sus espaldas parecían no acabarse nunca y saltaba como una fiera para rematar los córners. Es el defensa más goleador de la historia del Racing pero lo que quedará de él para el recuerdo era el grito de la grada cuando un jugador rival ofendía al equipo, sencillamente: “Merino mátalo”.


Zygmantovich. El tractor bielorruso (¿dónde quedan esos motes ahora?), fue tal vez el jugador más lento de la historia del Racing, pero un defensa exquisito con el balón, algo que se agradecía con Pablo y Merino a su lado. Su puesto de líbero tapaba sus carencias e impulsaba al equipo. Su fichaje, incorporó un hombre a la línea defensiva pero permitió un centro del campo totalmente creativo sin pivotes defensivos. Tenía bigote y melenilla, eso siempre desconcierta e inquieta a los delanteros.


Pablo Alfaro. Tenía el título de medicina o eso debía susurrar a los rivales que dejaba tumbados por sus entradas. El central zurdo de este Racing, venía de fracasar en el Barça y encontró redención, un record de tarjetas en el club y el postrero pasaporte a la titularidad del mejor Sevilla. Allí hizo pareja con Javi Navarro. No sé si hace falta decir que todo se pega o con lo de Maradona y Julio Alberto ya quedó todo claro.


Geli. Este lateral sí que era un desparrame. Subía como un ratón y era un poco rata para bajar. Tal vez debía haber jugado en el medio del campo pero allí había mucha competencia. Era un hombre de banda brillante e intermitente, muy buen pasador y con un dentro-fuera para sacar el centro que volvió loco al Barça en el 5-0 que el Racing le encasquetó en el Sardinero. Parecía que iba para internacional pero se apagó. Era como si los duelos menores no le motivaban y la grada se lo reprochaba diciendo cosas como “mira una cámara!!, juega bien ahora”

Luis Fernández. La gran promesa del Racing se lesionó de mucha gravedad y se perdió casi toda la temporada cortando su progresión. Era el niño mimado de la cantera (en la que se fraguaban los muslos a lo 300 de Munitis) y volvió pero ya no fue igual. Aún así le quedaron muchos años por delante en primera, sobre todo en el Betis. Si te descuidas igual sale en el comunio.


Setién. Oh Capitán, mi capitán. Este canterano llegó rebotado del Atlético de Madrid con Jesús Gil, fue internacional, titular en una final europea y tras pasar por el Logroñes y dejarlo 7º se fue a su equipo de siempre a ascender de categoría. Llegó mayor, pero se notaba que era el que más sabía jugar al fútbol de todos los que estaban. Muy bueno en el pase en largo e interior, tirando faltas y crispando a la grada con sus chorradillas.


Billabona. En un centro del campo lleno de figurines fue el pulmón del equipo pero tenía mucha calidad. Llegó del Bilbao como una promesa que no se llegó a cumplir pero hizo carrera en el Racing. Además buen llegador.



Mutiu. Un chicarrón del norte de toda la vida. Tal vez el más querido de la grada que le animaba al grito de "yuyu-yuyu". La gente no comprendía como podía estar alguien tan moreno en Santander, cuando descubrieron la verdad Mutiu ya se había ido a la Real Sociedad. Era el más rápido y el mejor cabeceador, llego a jugar tres mundiales con Nigeria y además era un gran llegador desde la banda. Todas las temporadas caían 4 ó 5 goles. Su único problema para no jugar más fue la norma de 3 extranjeros, ya que Zygmantovich, Popov y Radchenko eran fijos.


Esteban Torre. Seguro que si jugase hoy, Guardiola lo querría, el tocón del Racing era una de las joyas de la cantera. Esta temporada no explotó aún pero jugó y apuntó muchas maneras para saber que había relevo para Setién, no era tan estilista pero se convertiría en una leyenda del Racing y promedió 7 goles por temporada.

Popov. Recuerdo como en la pretemporada se pedía a los socios que se apuntasen para poder fichar a Popov y Radchenko. Con esos nombres no podían ser malos y vaya si resultaron. Popov era un jugador de banda con gol capaz de cambiarse de lado. Se asociaba de lujo con Setién y Radchenko y fue muchas veces internacional con Rusia. Cuando fichó por el Compostela, su rodilla se rompió por todos lados y el arbitro le acusó de fingir. Me dolió como si fuese mi rodilla.


Pineda. Fue el héroe del ascenso con su gol al Español en la promoción, luego con el fichaje de Radchenko y la tendencia a amarrar de Irureta perdió protagonismo. Era el típico delantero de tirársela para un lado y chutar. Un maestro de la puntera. Jugó en tantos equipos que aún hoy no sabe qué camiseta ponerse por las mañanas.


Radchenko. Oh Dimitri, que grande. El tochón delantero de 1,88 mts fue la estrella del Racing durante dos temporadas. Lento en corto, imparable en carrera y con muchos recursos en el remate (memorable un gol suyo con carrera desde el medio del campo y cuchara sobre el portero) encandiló al público con su melenilla y su cara de atontao. Después se fue al Superdepor por 450 millones y no volvió a jugar bien. Eso es un racinguista.

Chili. El Juanito Sabas del Racing. Delanteros como este hay que tener en todos los equipos, escurridizo, con caída a bandas y muy rápido era el típico delantero revoltoso que no marcaba muchos goles pero que sacabas cuando perdías 1-0. Más tarde en segunda B se hinchó a marcar. Chili, leyenda.

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